viernes, 9 de septiembre de 2011

Una verdad incómoda



Llegas a clase mas dormido que despierto. Si estás ya de por sí aburrido, imagínate como te encuentras viendo tanto pesimismo y negatividad en las aulas. Parece que decir: "la vida es una mierda", es el modo mas correcto de aceptación social. Dá un mal rollo que te cagas.
-Tienes que estudiar.
-Sí, pero está la crisis.
-Joder, entonces tengo que estudiar el doble.
Te encuentras a un chico con acné que le provoca una depresión de caballo, y a la madre presionando por detrás con sus contactos para rascar algún aprobado.
Te encuentras a una chica gorda, enana y fea, y su madre también hace sus pinitos negociativos, mientras ella, con unas caderas dignas de belleza renacentista, observa envidiosa el cuerpazo de escándalo que desfila orgullosa una compañera con hábitos sedentarios. ¿Cómo te tragas eso?
La imagen manda, y no tardas de darte cuenta de que en esta vida, con buenas intenciones no vas a ningún lado. ¿Es erroneo imaginar lo contrario?

No pienses en eso. Lo único que hará será ponerte mas pesimista.
Nunca te beneficies o te arrodilles ante la discriminación positiva. Pues, las oportunidades no se pueden conseguir manifestando tus desgracias, tienes que demostrar tu valía mediante tus virtudes.

Los que tengan inseguridades tienen que dejarse de lamentaciones y empezar a denotarse por sí solos. La desunión conlleva desigualdad. Y cuando no hay cooperación, la distinción individual es la que destaca sobre el débil. Hay que cambiar eso. No hay que valorarlo ni endenderlo, ni siquiera contemplarlo, hay que imaginar un mundo mejor, de lo contrario no te quedará nada. Los débiles lo único que hacen es estorbar a aquellos que sí quieren superarse y ser mejores. Por eso odio la discriminación positiva.

Imagina una clase con optimismo y positivismo. Imagina una clase en la que cada alumno ayudara al otro en aquello en que fuera mas flojo. Imagina una clase motivada y competitiva en el que el de letras ayudara al de números, y el de números al de letras. Imagina levantarse y saludar al profesor cuando éste entre por la puerta. Imagina el respeto, el orgullo y la dignidad en ti mismo y en el entorno que te rodea. Imagina eso. Olvida todo lo demás.

Si tienes una idea y no la expresas, ¿de qué coño me sirves?
Por supuesto que las buenas intenciones no son suficientes. Hoy en dia es muy fácil hablar de buenas intenciones.
¿Sabes qué significan las buenas intenciones para los nazis de Auschwitch?
En los campos de exterminación las buenas intenciones eran evolutivas. ¿Sabes de qué está hecho tu gel de baño?, ¿sabes cómo se hallaron las vacunas que te hacen inmune a innumerables enfermedades?
La mayoría de los productos de baño que usas para tu higiene personal nunca los hubiésemos conseguido si no fuera por el dolor, la humillación y la desesperación que sufrieron los judíos y los gitanos a manos de los médicos del infierno.

A veces es mejor ignorar algunas cosas, ¿no crees?
Compramos prensa deportiva, tenemos acceso directo al coño de Lucía Lapiedra, sufrimos con Belén Esteban en vez de contemplar los documentales de la 2, y nos limitamos a cambiar nuestro voto político cada ocho años sin saber qué coño de principios me aporta el gobierno que voto. Sí, creo que es mejor ignorar algunas cosas. Tal vez la censura sea la respuesta que buscamos.

El otro dia fui al cine a ver una peli. Miraba arriba y abajo. La mitad de la sala estaba con su BlackBerry. ¿Qué será lo siguiente? Es cierto que la humanidad evoluciona pero tambien es cierto que se está perdiendo el encanto de antes.

Yo siempre pensé que era necesario un cambio. Pero lo cierto es que la indignación ha demostrado que este país únicamente tiene juicio crítico para el fútbol. Es ésto por lo único coherente que vería al país levantado.
No puede ser que la única conciencia política que tengamos esté proporcionada por Intereconomía. Los de derechas se motivan con los pensamientos de cuatro fachas, mientras que los de izquierda saben que deben pensar lo contrario.

Si no comprendemos la política, entonces, a qué coño estamos jugando.
Los indignados ven manipulación y represión en los rincones mas insólitos, ven policías infiltrados para montar tanganas y así poder actuar. Pero lo cierto es que por muy bruto que sea el policía de turno, no deja de ser un ciudadano. Un ciudadano con falta de órdenes, que no solo tiene que cuidar sus actos por futuras represalias, sino por el orgullo del Cuerpo. Un ciudadano desbordado por la situación que debe tomar las medidas pertinentes para reducir a manifestantes ilegales.

El gobierno tiene dormidos a los militares. Los militares superan año a año su número de integrantes sudamericanos y niñatos con módulos escolares que no pueden vivir en sociedad, ¿cómo sabes que estás seguro, hermano?
Hay una delgada línea entre la manipulación y la represión, el mundo la ha visto, solo es cuestión de tiempo atravesarla. Dime hermano, ¿de qué lado vas a estar tú?

4 comentarios:

  1. =O he de decir que me ha sorprendido mucho esta entrada, aunque para serte sincera tmb tu blog es diferente!! (menos mal, estaba cansada de tanto puto blog de moda, de cuánto te quiero vamos a estar juntos siempre y blog de seudoprogres que votan al PSO€).
    La entrada está muy currada, es muy coherente y dices verdades como templos. A la manipulación y la represión has de añadir el exilio que es lo que haría yo, aunque no sé a dónde, con esto de la globalización, tal vez compre un billete a Marte.

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  2. Da gusto leerte, no creía que aun quedaran mentes sin infectar por la publicidad, la globalización, modas o obsesionadas por un estilo de vida. Cada texto es como una bofetada a la manipulación. Me encantas. Irene.

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  3. Quiero leer ya tu libro!! Me tienes en ascuas jaja.
    Un cordial saludo.

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  4. es una buena entrada,me gustaria que volvieses a publicar,por cierto a que libro te refieres? vas a escribir un libro? yo quiero leerlo

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